sábado, julio 29, 2006

Terapia Capilar


Vengo saliendo de una de las instancias más frívolas y terapéuticas que conozco (deben existir muchas otras, pero están astronómicamente lejos de mi presupuesto de cesante) LA PELUQUERIA.


Que lugares más fantásticos, por unos pocos pesos (si, yo voy a las de pocos pesos), te sacan del mundo, te masajean el pelo, te puedes reir de las bromas de las peluqueras y finalmente álguien se despide de ti como si hubieran sido amigas de toda la vida, te desea que te encuentren linda y te guiña un ojo. La peluquera de hoy (confieso que capilarmente soy de una promiscuidad aberrante, entrego mi cabeza a la que me dé tincada) tenía alma caritativa, me hizo un precio casi sin fines de lucro, me dejó harto bonita (dentro de la medida de lo posible...no le pidamos milagros a la pobre) y dejó con espíritu dicharachero para lo que me resta del día.

Ahora sólo me queda esperar que cuando llegue el lunes todavía me quede algo de alisado optimista y colorín que luzco por ahora.

viernes, julio 28, 2006

El viento cambia de dirección...












Aveces los teléfonos suenan para dar buenas noticias
(lo había olvidado)
¿Será señal de que acaba la mala racha?
¿o será una burla del monstruo para hacerme perder otro poco de ventaja?

lunes, julio 24, 2006

Dando la pelea


Se me está acabando el margen de ventaja que le llevo al monstruo.
Cada vez que me volteo está más cerca.
Tengo miedo...de verdad, esto no es retórica.
Creí que ya nunca me alcanzaría,
pero siempre supe que nunca dejaría de correr.
Yo pensé que tenía ánimos, que me quedaban fuerzas para seguir por muchos años más.

Ya lo dije, se me está acabando la ventaja,
no se si habrá tiempo o ayuda para apoyar mis manos sobre las rodillas,
bajar la cabeza, respirar profundo y echar a correr...sí, así como Lola, la de la película.

Aún tengo ganas de correr...es lo único bueno de todo esto...pero no se si la intención tendrá algún valor en estas circunstancias.
En estos momentos es casi tan grande el miedo a perder la carrera como a perder las ganas de huir...
Nunca pensé que la muerte usara zapatillas.

sábado, julio 22, 2006

Conteniendo a la bestia ( y las fuerzas se están acabando)


Aveces ni todo el amor del mundo basta,
ayer escuchaba palabras tan hermosas,
cosas que cualquier ser humano quisiera oir,
él me dijo que me ama, que no me cambiaría,
pretende ser ciego ante el cúmulo evidente de mis defectos...

Yo lo escuchaba, se lo agradecí,
pero la bestia no permite halagos,
ella los devora antes de que yo pueda nutrirme de ellos,

Sigo muriendo...
hay días en que creo que ya no resisto,
hay momentos en que la tristeza es demasiado grande.

No se qué hacer.
Tan solo agradecer a quien me dice que continúe en esto
(el blog y la vida)

Ya ni las palabras me acompañan.

Don Pedro Prado se queda con el micrófono.
( y Frida hizo un dibujito...digo, por si algo no quedó claro)

De qué mundo ignorado habré venido,
qué lenguaje es el mío tan arcano,
que si a alguien tiendo con amor la mano,
ignora lo que ofrezco o lo que pido.
Me sé distinto de mortal nacido :
niño o zagal, maduro ya o anciano,
no encuentro al alternar, y busco en vano
¡y entre tantos! a alguno parecido.
Sonriendo miran como quien indaga,
sin comprender jamás lo que yo quiero,
y con tal inconciencia se me paga
que alejarme, por último, prefiero.
No hay cosa mía que a alguien satisfaga;
me siento entre los hombres extranjero!

De Pedro Prado, soneto XLI, Esta Bella Ciudad Envenenada.

jueves, julio 13, 2006

Así van las cosas

¿Quién dijo que me podía sentir sola?
La cesantía me sigue acompañando, mejor que cualquiera de los hombres que amé, siempre fiel, nunca me abandona, nunca una mala palabra...ahí sigue ella, me ve llorar y no huye.

martes, julio 11, 2006

Las casas (escritos de otra época)


En las ventanas de mi ciudad
nadie usa cortinas
no hay nada que ocultar,
nadie está interesado
en mirar hacia adentro

Las puertas llevan años cerradas,
creo que sería fácil
derrumbarlas de un golpe.

Por dentro de las habitaciones
se acumuló el polvo
y formó mesas, sillas y lámparas.

Dicen que una de las mujeres de la ciudad
se formó del polvo que cayó por años
sobre una cama.

Ella sólo sabe
que despertó una mañana,
que bajó a las calles
y volvió asustada
con los ladridos de los perros.

lunes, julio 10, 2006


Para qué tratar de escribir nuevamente lo que el maestro Henriquez ya dijo con todas sus letras...serían sólo variaciones (malas) sobre un mismo tema.

La Respuesta
(Alvaro Henriquez- Los Tres)
Esta es la respuesta a la carta que me diste
Estas las palabras exactas y en su tinte
Nunca esperes sopa que ya es líquida y salada
Basta con las lágrimas que al Triste alegra el Alma
Me pongo Gris y suave con el Viento
Empiezo a vivir y muero al mismo Tiempo
Si no me respondes prefiero vender mi Vida
No me importaría perderla después de muerto
Dos llamadas tuyas y ya florece el Desierto
Con tu voz tranquila caminan hasta los Muertos
Me pongo Gris y suave con el Viento
Empiezo a vivir y muero al mismo tiempo
No tengo fin y vacío estoy por dentro
Empiezo a morir y a vivir al mismo Tiempo.

domingo, julio 09, 2006

Muriendo de inanición


No pasaron muchos días para tener noticias de la bestia fugitiva. Cuando salió de la jaula, corrió a toda velocidad, iba ansiosa de volver al mundo, de reencontrarse con lo que soñaba,pero a cada paso el paisaje se le iba haciendo más raro y desconocido.
Supe que encontró al objeto de sus afectos, estaba dormido, pensó que sería una presa fácil de cazar; se equivocó.
En el preámbulo para saciar su hambre, pasó su lengua cálida por la mano del hombre dormido, cerró los ojos, respiró profundo tratando de guardar dentro suyo el olor y el sabor que tantas veces había evocado en el cautiverio. Con sólo sentir el gusto de su piel supo que lo había perdido, ya el sudor no era el mismo, ya no tenía el aroma de madera que la hacía mantenerse viva esperando ese encuentro que ya no tenía sentido.
Dicen que mi nostalgia se está dejando morir en una playa, dicen que ya no quiere volver, que no tiene fuerzas ni ganas.
Yo no puedo hacer más por ella, ya lo dije, las pocas fuerzas que me quedan las ocupo esquivando a la muerte.
Mañana, si lo hubiera, saldré y buscaré una tabla, le escribiré la palabra OLVIDO y le pediré a alguien que cuando pase nuevamente por la playa lo deje al costado de la bestia muerta.

viernes, julio 07, 2006

La Ciudad...escritos de otra época


Voy a dejar la ciudad.
Me vestí de prisa y cerré la puerta,
bajé recuerdos y peldaños ,
crucé las calles.
Los perros le ladran a mis pasos
como si en ellos
sintieran los temblores
que vendrán nuevamente
a azotar mi ciudad.

Desistí de mirar el reloj
sólo me dediqué a caminar,
pero ya no conozco las calles,
mi ciudad se va quedando atrás,
mis pies van creando caminos nuevos

No quiero ni puedo regresar
volví la vista y la ciudad ya no estaba.
Bastaban mis pasos para extinguirla.

Nunca se sabe


Hoy llueve, tengo que salir. Quizás hoy se acabe el letargo de la cesantía.
Del derrotero de la nostalgia aún no hay noticias...tan sólo la incertidumbre de lo que esta bestia loca puede hacer.
Anoche no lograba dormir, pensaba en ella, en el objeto de sus afectos, en la época en que decidí enjaularla...estaba muy mal en esa época. Había perdido su gracia felina, su aire indómito, era apenas un gato mojado, que se dejó conducir mansamente a su reclusión.

jueves, julio 06, 2006

Atención ...la nostalgia se escapó de la jaula


Hay que tener cuidado. La nostalgia es una fiera que aveces logra ser enjaulada. Sobrevive con las migajas que le vamos dando día a día...es lo mínimo, si no se las damos, muere, eso es lo que llaman OLVIDO.
La mía estaba en condiciones bastante buenas, no podrá decir por ahí que no la alimenté, bastaba tener un momento de soledad, quedarse un rato más de la cuenta remoloneando sola en la cama para recordar al animal salvaje que vive en la almohada y dedicarle mis pensamientos, mis recuerdos más nutritivos...incluso, cuando la ocasión lo ameritaba, un banquete de lágrimas abundantes.
Ayer la muy maldita me pilló desconcentrada, abrí la jaula, le dí sus recuerdos y suspiros matinales y me mordió la mano, nos miramos fijo ...ahí me dí cuenta que no había nada que hacer, la fiera se iba o me mataba.
Y se fué, quién sabe ahora en donde estará, en que monte estará agazapada planeando su próximo ataque.
Yo me quedé con la mano sangrando, adolorida y con el miedo de no saber qué es capaz de hacer esta nostalgia que logré mantener encerrada por algunos años pero que como buen animal salvaje, siempre quizo huir.

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